Allá por 1985 la Asociación de Vecinos de la Piedad decide contribuir a nuestra noble tradición cultural mediante la creación de una alfombra de flores en el Corpus Orotavense. El equipo se nutrió con vecinos del barrio, que habían trabajado con otros grupos durante años.
Había ilusión y ganas de hacer las cosas bien, pero, aunque había mucha experiencia, vieron que aún les faltaba un artista que diseñase el corrido. Por aquél año D. Jose María Ruiz Hernández, presidente de la Asociación de Vecinos, decidió contar con su primo D. Leonardo Ruiz Hernández, reconocido tallista y con mucha experiencia en el diseño y la elaboración de corridos de alfombras.
La ubicación, era inmejorable, unos 25 metros en la Calle del Colegio. Desde el primer año, el estilo del corrido destacó por su colorido y originalidad, una clase de zarcillos, trenzados y motivos florales que maridaba el bagaje artesanal del maestro Leonardo Ruiz con la tradición alfombrista de todo el grupo.
Los años pasaron, tristemente compañeros nos dejaron, pero no sin antes transmitir su legado a muchos jóvenes que se incorporaban atraídos por la tradición y amor por lo nuestro, tomando el relevo con la misma entrega e ilusión.
La Asociación de Vecinos de La Piedad, se disuelve en el 1991, pero ese revés no apartaría al grupo de alfombristas de su amor por la elaboración del corrido. Decidieron continuar juntos con la tradición pasándose a llamar “Leonardo Ruiz”.
En el año 2014 el maestro Leonardo Ruiz fallece y el corrido pasa llamarse “Amigos de Leonardo Ruiz” en su recuerdo.
Durante estos más de 35 años, el grupo ha exhibido su arte también fuera de La Orotava, como en “La Bajada de la Virgen del Carmen” en San Juan de la Rambla, en “El Conde de La Vega Grande” de Gran Canaria, un corrido en el Taoro para la Concejalía de Turismo del Puerto de La Cruz o una preciosa alfombra en la “Plaza del Pueblo” en Roma en el año 2000. Y manteniendo la ilusión de algún día poder devolver nuestro arte a la ciudad “hermanada” de Ponteareas.
Actualmente la ilusión es la misma que el primer día. La tradición se ha convertido en pasión y el grupo de vecinos en amigos y éste en una familia inseparable hasta el día de hoy.